Levanto el tubo para discar un número. Antes de poder hacerlo una voz me habla.
- Hola.
- Hola.
- ¿Con quién quiere hablar, señor?
- ¿Con quién quiere hablar usted?
- Vea. Yo no he tenido tiempo de marcar un número cuando lo he oído a usted.
- Ah, están ligadas las líneas.
- Corte, por favor.
Después, cuando no es más que silencio, me pregunto quién es ese hombre. Dónde está, cómo es la habitación desde donde me habló. Nos cruzamos por unos tres segundos, y conocimos nuestras voces. Y no teníamos nada que decirnos, hablábamos con un error.
De proto lo siento tan cerca.
sábado, 21 de junio de 2008
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2 comentarios:
Que buen blog!
Lo descubrí hoy, y creo que voy a pasar a visitarlo seguido.
Saludos!
www.Lossolessolan.blogspot.com
Que grande don Julio...
Saludos!
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