jueves, 12 de junio de 2008

Insert 1 - A modo de prefacio

El diálogo relata el encuentro de Sócrates con el joven Fedro y es el único que transcurre fuera de las murallas de la ciudad. Lo que se inicia como una inocente conversación entre maestro y discípulo culmina en una compleja elaboración teórica que instala la verdad en el lugar central de una conjunra que desplaza a los oradores fuera del campo de discusión política. La advertencia de Sócrates al joven discípulo es que las dotes persuasivas de un discurso no son necesariamente resultado de una verosimilitud que proceda de la verdad. Sócrates desplaza el carácter operativo de lo que el discurso hace hacia lo que el discurso dice. Si la retórica es el arte de seducir a las almas por medio de las palabras es porque en la plaza pública la palabra tiene un referente de materia demasiado vivo aún, es mezcla de cuerpo y alma, por lo tanto, sujeta al encantamiento, a la persuasión y al engaño.
La palabra es comparada con un remedio o medicamento, y el orador experimentado es aquel que ha sabido reconocer la naturaleza del alma del receptor para así poder diseñar el fármaco más adecuado. Aquí Platón da su aplicación de la teoría de las ideas, su punto preciso: sería la verdad o la suprema idea de justicia la que evaluará lo que es justo, y no una multitud seducida por un artificio oral. Podríamos adelantarnos al desenlace y suponer que la escritura será indudablemente la técnica que mejor evite la influencia distorsiva de la persuasión, puesto que posibilita alejar el cuerpo de las instancias físicas de la argumentación.(...)
El planteamiento platónico es escencialemtente político: el texto escrito es una copia de discurso oral, pero también la medida de su traición. El problema radicará entonces en probar la legitimidad de ésta copia: "¿Es éste texto escrito reproducción fiel del mandato de su autor? ¿Pertenecen verdaderamente éstas palabras a quien afirma haberlas escrito?"(....) La solución platóncia es parcial y está referida tanto a textos hablados como escritos: el texto verdadero será solamente aquel que contenga una remisicencia, un rastro mnémico de la Idea.

Nicolás Nóbile
(pueden ver algunas cosas de Nicolás Nóbile en su blog)

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