Sin duda es fácil imaginar, en una ilusión análoga a la que uniforma todas las cosas en el horizonte, que todas las revoluciones que han tenido lugar hasta ahora en la pintura o en la música respetan de todos modos ciertas reglas, y que lo que está directamente ante nosotros, impresionismo, busca de la disonancia, empleo exclusivo de la gama china, cubismo, futurismo, difiere atrozmente de todo lo que le ha precedido. Y es que lo que le ha precedido es considerado sin tener en cuenta que una larga asimilación lo ha convertido para nosotros en materia variada sin duda, pero en suma homogénea, una materia en la que Hugo se acerca a Molière. Pensemos sólo en los chocantes disparates que nos presentaría, si no tuviéramos en cuenta el tiempo por venir y los cambios que trae, cualquier horóscopo de nuestra edad madura, hecho para nosotros en la adolescencia. Pero no todos los horóscopos son verdaderos, y ser obligado por una obra de arte a hacer entrar en el total de su belleza el factor del tiempo, mezcla nuestro juicio algo tan azaroso y, por lo tanto, desprovisto de interés verdadero, como toda profecía cuya no realización no implica en modo alguno la mediocridad del profeta, porque lo que llama a la existencia de los posibles o los excluye no es forzosamente de la competencia del genio; podemos haberlo tenido y no haber creído en el porvenir del ferrocarril, ni de los aviones, o siendo un gran psicólogo, en la lealtad de una querida o de un amigo, cuyas traiciones hubieran sido previstas por los más mediocres.
martes, 24 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
http://www.youtube.com/watch?v=kfx8j6LXkwI
Pero qué alegrón la reaparición!
Escuché la versión esa, pero es la única. Andás en una onda de paternidad o qué?
Salud!
Publicar un comentario