viernes, 18 de julio de 2008

"Política y cultura a finales del siglo XX" - Noam Chomsky

Hay una vieja organización llamada los wobblies de Estados Unidos, el movimiento obrero anarquista. Allá por la década de los veinte, un viejo militante de este movimiento decía que uno de sus lemas favoritos era: "La prensa nos ha dicho que todo va muy bien, pero nosotros no tenemos ninguna oportunidad de consultar con los vecinos para comprobar si la prensa dice la verdad". Ésta es la cuestión crucial. Si la gente puede consultar a sus vecinos para llegar a saber más, mientras la prensa cuenta una y otra vez cómo es la historia, no hay peligro alguno. Y los amos se dan cuenta de ello igual que todos los demás.
La televisión ha tenido una importancia sustancial en esto. Es intrínsecamente un instrumento de aislamiento. Salvo que vayas a un bar a ver un combate de boxeo, te sientas solo frente al televisor y tu vecino se sienta solo frente al suyo, e incluso en un país como Estados Unidos, donde hay un televisor en cada habitación, cada miembro de la familia se sienta solo delante del televisor y es entonces cuando la gente está realmente aislada. Su posibilidad de consultar con sus vecinos es muy escasa. (…)

(…) Así que es preciso controlar la “mente pública”, tal como lo reconoció el sector empresarial a principios de siglo, haciéndose eco de ideas que se remontan a cientos de años atrás. Es necesario controlar el pensamiento y la opinión, y destruir en la comunidad y en el lugar de trabajo las organizaciones que podrían proporcionar oportunidades e influencia a la gente que no conviene que las tengan. Estas organizaciones permiten que personas con recursos limitados se unan para defender sus objetivos y proyectos, o incluso para llegar a entenderlos. Los individuos deben estar solos, enfrentándose al poder centralizado y a los sistemas de información de forma aislada, para que no puedan participar de un modo significativo en la administración de los asuntos públicos. El ideal es que cada individuo sea un receptor aislado de propaganda, solo frente al televisor, desvalido ante dos fuerzas externas y hostiles: el gobierno y el sector privado, con su derecho sagrado a decidir el carácter básico de la vida social. La segunda de éstas fuerzas debe estar, además, velada: sus derechos y su poder no sólo han de ser indiscutibles sino invisibles, parte del orden natural de las cosas.


Sólo añado que éstas líneas fueron escritas antes de la aparición del mp3, mp4, celular, etc. You do the math....

1 comentario:

supersalvajuan dijo...

Política y cultura en una misma frase. Alabado sea Noam.